Liposucción por ultrasonidos

¿Qué es la liposucción por ultrasonidos?
La preparación previa a la aplicación del ultrasonido no difiere en mucho de la liposucción convencional. Se realiza en quirófano bajo anestesia locorregional o general y con las garantías de asepsia que cualquier intervención precisa.

El tiempo quirúrgico se compone de tres fases. En un primer momento se procede a la infiltración del territorio a tratar con una solución de anestésico local y adrenalina, una sustancia para disminuir el sangrado. En un segundo momento se aplican los ultrasonidos para licuar la zona de grasa a tratar y por último se succiona la emulsión oleosa resultante.

En la segunda se procede a la aplicación del ultrasonido. Se realizan unas incisiones en la piel, previamente marcadas de forma estratégica para poder abordar todo el territorio a tratar y que queden lo mas ocultas posibles. A través de ellas se introduce tanto la solución con el anestésico y la adrenalina como la cánula que nos permite llevar el ultrasonido hasta la célula grasa. Estas incisiones no son mayores de un centímetro y al final de la intervención se suturan.

A pesar de incluir una fase más que la liposucción convencional, el tiempo quirúrgico es prácticamente el mismo y se pude asociar a otras cirugías como la abdominoplastia

El postoperatorio es más confortable comparado con el de la liposucción convencional. Hay una menor incidencia de hematomas debido a dos causa. La solución que se introduce para trabajar en un medio tumescente incluye la adrenalina que es un potente vasoconstrictora, disminuye eficazmente el tamaño de los vasos sanguíneos. Y la segunda razón es que los ultrasonidos son selectivos con las estructuras de baja densidad dejando intactos los componentes del tejido conectivo, no sólo los paquetes vasculares, sino también todas las fibras de anclaje que unen la dermis con las zonas profundas y cercanas al músculo. El grado de anemización es prácticamente nulo.

La cirugía lleva asociado la toma de un antibiótico durante cinco días y analgésicos o antiinflamatorios según la demanda de la paciente, que normalmente tampoco supera los cinco primeros días.

Un punto importante es la faja. Se recomienda su uso desde el quirófano, en donde el propio cirujano la coloca inmediatamente después de la cirugía, hasta completar un mes de postoperatorio.

Tampoco aconsejamos la realización de deportes inmediatamente después de la cirugía, sino esperar un periodo de tres semanas y comenzar estos de forma moderada y progresiva.